La Marina Nacional de El Salvador interceptó, a 1,150 millas náuticas (2,130 kilómetros) de sus costas, una embarcación tripulada por tres ciudadanos de Ecuador.
En la embarcación se transportaban 1,795 kilos de cocaína, valorados en más de 44.8 millones de dólares. Se sospecha que tenían como destino México y luego Estados Unidos (EE.UU.).
Nayib Bukele, presidente de El Salvador, tras conocer esta incautación, señaló: “Hemos alcanzado un nuevo récord en la lucha contra el narcotráfico internacional”.
“Solo en alta mar, durante 2024 y en lo que va de 2025, hemos incautado 39 toneladas de droga, con un valor que supera los 977 millones de dólares”, manifestó el primer mandatario.
“Un golpe contundente al narcotráfico internacional. Vamos a continuar luchando contra el narcotráfico, aunque algunos quieran evitarlo…”, añadió Bukele.

Las costas de El Salvador son utilizadas por grupos narcotraficantes para el transporte de droga hacia México y EE.UU. Su posición geográfica facilita el tránsito marítimo, evadiendo controles y aprovechando vacíos en la vigilancia.
Embarcaciones cruzan aguas salvadoreñas con cargamentos ilegales que luego ingresan a rutas terrestres en México. A pesar de operativos y decomisos, las estructuras criminales continúan usando este corredor por su bajo control estatal.
El uso de rutas marítimas ha crecido por la presión en fronteras terrestres. Los carteles adaptan sus métodos y aprovechan la escasa presencia estatal en altamar para mover droga desde Sudamérica, pasando por Centroamérica hasta Norteamérica.

Las autoridades salvadoreñas han reforzado sus capacidades navales con tecnología y cooperación internacional. Sin embargo, los narcotraficantes responden con nuevas rutas y medios, lo que mantiene el reto constante en esta guerra contra el crimen.
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