La administración del presidente Donald Trump ha autorizado en secreto a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a ejecutar operaciones encubiertas en Venezuela. Se incluyen acciones letales contra el gobierno de Nicolás Maduro, según reveló este miércoles The New York Times. El medio citó a funcionarios estadounidenses, quienes habrían confirmado la información.
Horas después, el mandatario venezolano ordenó el despliegue del “sistema defensivo territorial” en Caracas y el estado Miranda. Lo hizo en respuesta a lo que califica como amenazas imperialistas de Estados Unidos. La autorización de Trump, emitida mediante un “presidential finding” –mecanismo legal que habilita misiones clasificadas–, permite a la CIA actuar. Lo haría en coordinación con operaciones militares mayores en Venezuela y el Caribe.
Venezuela se activó con una nueva fuerza militar
Fuentes del Gobierno de Trump indicaron que el objetivo es intensificar la presión para forzar la salida de Maduro del poder. A decir de Washington no se reconoce como presidente legítimo a Maduro desde las elecciones de 2018, consideradas fraudulentas por observadores internacionales.
Esta medida se enmarca en una campaña antinarcóticos que ha incluido cinco ataques aéreos contra embarcaciones sospechosas de tráfico de drogas. Dichos ataques se han dado cerca de costas venezolanas desde septiembre, con un saldo, hasta el momento, de 27 muertes reportadas. El anuncio coincide con un aumento de la presencia militar estadounidense en el Caribe. Allí se opera bajo el Comando Sur para interdictar rutas de narcotráfico.
Se fusiona a fuerzas militares, policiales y milicianas
El secretario de Estado, Marco Rubio, y el director de la CIA, John Ratcliffe, impulsaron la estrategia, que extiende autoridades previas contra cárteles mexicanos a territorio venezolano. Ratcliffe, durante su confirmación en el Senado, prometió una agencia “menos adversa al riesgo” para misiones encubiertas. No se han detallado operaciones específicas en curso, pero el Pentágono prepara opciones para strikes internos, según el informe periodístico.
En Caracas, Maduro respondió de inmediato activando la Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI) en la capital y Miranda, donde residen cerca de siete millones de personas. El despliegue, parte de la “Operación Independencia 200”, íntegra 27 acciones territoriales del Plan de Defensa Integral. Con ello se fusiona a fuerzas militares, policiales y milicianas para proteger instalaciones estratégicas como hospitales, escuelas y mercados.
Ejercicios militares previos en varios estados
“Activamos toda la fuerza de defensa integral, popular, militar y policial para ganar la paz”, declaró Maduro en un mensaje por Telegram. Él urgía a la población a defender “montañas, costas y comunidades”. El vicepresidente Diosdado Cabello lideró el ejercicio en barrios como Petare y la parroquia 23 de Enero, donde vehículos blindados y milicias se movilizaron desde la madrugada.
La alcaldesa de Caracas, Carmen Meléndez, compartió imágenes de las Oficinas de Defensa Integral (ODDI) en redes sociales, enfatizando la preparación ante “el asedio yanqui”. Esta activación sigue a ejercicios previos en estados como Sucre, Delta Amacuro y Nueva Esparta, iniciados el 14 de octubre, y prohíbe drones en el territorio por 30 días. El contexto de tensiones data de 2019, cuando Trump impuso sanciones masivas a Venezuela.
Las milicias se reportan directamente a Maduro
Lo hizo por supuestas violaciones a derechos humanos y presuntos lazos con el narcotráfico, incluyendo la designación de Maduro como “líder del Cártel de los Soles”. En agosto, Washington duplicó la recompensa por su captura a 50 millones de dólares y desplegó 4 mil tropas en el sur del Caribe. Caracas denuncia estas acciones como pretexto para una invasión, similar a intervenciones pasadas en la región.
La Milicia Bolivariana, creada en 2005 por Hugo Chávez, cuenta con más de 4,5 millones de voluntarios y reporta directamente a Maduro. Expertos en relaciones internacionales advierten que esta escalada podría desestabilizar el Caribe, con riesgos de represalias asimétricas en Colombia o rutas migratorias. México rechazó los vínculos entre Caracas y el Cártel de Sinaloa, alegando falta de evidencia.
