Una mujer de unos 40 años fue rescatada el pasado 14 de octubre de 2025 en Saint-Molf, una pequeña localidad del oeste de Francia, tras haber permanecido cinco años secuestrada por su compañera de vivienda y la pareja de esta. Francia está conmocionada por la noticia. Ambos fueron imputados por secuestro con tortura y abuso de debilidad, según confirmó la Fiscalía de Nantes.
Cinco años de encierro y maltratos
El caso estremeció a la comunidad de Saint-Molf, un pueblo de apenas 2800 habitantes. Según la investigación, el calvario comenzó cuando la víctima compartía casa con una mujer de unos 60 años, auxiliar de enfermería. La convivencia cambió drásticamente cuando la mujer llevó a vivir a su pareja, un hombre de 82 años, momento en que empezó el aislamiento y los abusos.
De acuerdo con el fiscal Antoine Leroy, la víctima fue confinada primero en una carpa en el jardín, y posteriormente, en el garaje de la vivienda, donde permaneció encerrada la mayor parte del tiempo. Francia investiga profundamente este caso trágico. “Dormía en una reposera, hacía sus necesidades en un balde y comía papilla mezclada con detergente”, detalló el funcionario judicial.
Durante el cautiverio, la mujer fue despojada de todos sus bienes y ayudas sociales. Los registros bancarios revelaron que sus cuentas fueron vaciadas y que las transferencias se dirigían directamente a la cuenta de la acusada, según información de la radio France Bleu.
La fuga desesperada y el rescate
La víctima logró escapar la noche del 14 de octubre, tras varios intentos fallidos. Aprovechó un descuido de sus captores mientras cenaban y tocó el timbre de varios vecinos hasta que uno de ellos respondió. Cuando la policía llegó, la mujer presentaba hipotermia, extrema delgadez y signos de maltrato físico y psicológico.
Según las declaraciones oficiales, había perdido cerca de 50 kilos y mostraba señales de haber sido drogada de manera continua. En el registro domiciliario, los agentes hallaron bloques de cemento en la puerta del garage y utensilios domésticos modificados para impedir la salida. Las cicatrices del caso en Francia son evidentes.
Una fuente cercana a la investigación indicó que los acusados bañaban a la víctima con lavandina y le administraban medicamentos sin control médico. El médico que la examinó le prescribió al menos 30 días de incapacidad total de trabajo, dadas las secuelas físicas y psicológicas.
El silencio del pueblo y las primeras reacciones
El caso ha generado conmoción en Saint-Molf, una localidad conocida en toda Francia por su tranquilidad. El intendente Hubert Delorme afirmó que no conocía personalmente a los habitantes de la vivienda, aunque reconoció que existían reportes previos por impago de alquiler y un proceso de desalojo pendiente desde 2024.
Vecinos declararon su sorpresa ante lo sucedido. “Pasó justo al lado de casa. No escuchamos nada. Es impactante pensar que algo así ocurrió tan cerca”, expresó una residente al medio AFP. Otra vecina describió al acusado de 82 años como “una persona amable y conversadora”, sin imaginar lo que sucedía dentro de su hogar.
Las autoridades locales señalaron que no hubo denuncias previas ni reportes formales de desaparición, lo que ha generado cuestionamientos sobre posibles fallos en la detección de casos de abuso y cautiverio prolongado en Francia.
Investigación y cargos judiciales
El polo criminal de Nantes asumió la investigación y confirmó la imputación formal de ambos sospechosos por “secuestro con tortura o actos de barbarie” cometidos entre abril de 2022 y octubre de 2025. Además, se les acusa de “abuso fraudulento del estado de sujeción psicológica o física” y “abuso de debilidad de persona vulnerable” desde 2018.
La mujer acusada quedó con detención preventiva, mientras que su pareja permanece bajo control judicial debido a su avanzada edad. Ambos podrían enfrentar una pena de cadena perpetua, de acuerdo con el Código Penal francés.
La Fiscalía de Nantes destacó la gravedad del caso y señaló que el proceso busca determinar si existieron omisiones institucionales que permitieran el prolongado encierro. Paralelamente, se investiga la posible apropiación ilegal de fondos públicos provenientes de subsidios y pensiones sociales de la víctima. Francia deberá considerar medidas para prevenir futuros abusos.
Impacto social y reflexión sobre la violencia oculta
El caso de Saint-Molf ha abierto un debate en Francia sobre los mecanismos de protección a personas vulnerables y el aislamiento social en entornos rurales. Organizaciones de derechos humanos recordaron que, en muchos casos, las víctimas de abuso prolongado no denuncian por miedo, dependencia económica o manipulación psicológica.
Mientras tanto, la comunidad intenta recuperarse del impacto. “Estamos conmocionados. Aquí nunca pasa nada así. Nos cuesta creerlo”, dijo un vecino jubilado del lugar. La casa, ahora acordonada en Francia por la policía, permanece bajo custodia judicial.
