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En Chile, a menos de una semana del domingo 16 de noviembre, los tres principales candidatos de derecha —José Antonio Kast, Evelyn Matthei y Johannes Kaiser— enfrentan la mayor crisis de unidad del bloque desde el retorno a la democracia en 1990, por la competencia interna que podría decidir quién les disputa el balotaje frente a la candidata oficialista.

Una disputa interna cargada de tensión

La campaña presidencial de 2025 en Chile presenta una circunstancia poco vista en las últimas décadas: dentro del bloque de derecha coexisten tres aspirantes con posibilidades reales, cada uno con distintos perfiles políticos y electorales. José Antonio Kast, del Partido Republicano de Chile, líder del sector más conservador, ha encabezado las intenciones de voto durante meses, aunque ha registrado una caída reciente. Según reportes, su apoyo ronda cerca del 20–25 % en los sondeos más recientes.

Por su parte, Johannes Kaiser, del Partido Nacional Libertario (PNL), ha emergido con fuerza como alternativa de la “derecha dura”, ubicándose en algunos estudios en torno al 11–14 % del electorado. Mientras tanto, Evelyn Matthei, tradicional de la coalición Chile Vamos, representa una opción más moderada dentro del espectro de derecha, aunque su avance en los sondeos ha sido menos dinámico.

La fragmentación del bloque de derecha se explica por varias dimensiones. En primer lugar, los tres candidatos optaron por la vía directa y no participaron de primarias internas conjuntas, lo que impide una concentración temprana del apoyo electoral. En segundo lugar, cada uno propone un perfil distinto: Kast apuesta por la seguridad, migración y orden público; Kaiser plantea un discurso de corte más radical y libertario; Matthei defiende una gestión de gobierno más institucional, señala un artículo de la BBC noticias.

El contexto electoral chileno favorece esta tensión: según estudios, si uno de los candidatos de derecha logra pasar a la segunda vuelta, tendría altas probabilidades de derrotar a la candidata oficialista, porque la suma de las distintas facciones de derecha supera el 50 % del apoyo, mientras que la izquierda rondaría menos del 30 %.

Impacto en la primera vuelta de la derecha

La división del voto de derecha tiene implicaciones directas para la elección del próximo domingo. En la medida en que los tres aspirantes compitan por un espacio similar, ninguno podría superar en primera vuelta al bloque de izquierda de modo claro, lo que deja abierta la posibilidad de que sea la oficialista la que logre pasar o fuerce alianzas de último minuto en segunda vuelta.

Una encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) señalaba un empate técnico entre la candidata de la izquierda y Kast, ambos en torno al 23 %, mientras Matthei aparecía con aproximadamente 13 %. Este contexto refuerza la relevancia de la disputa interna: el que logre alzarse como líder del bloque de derecha tendrá ventaja decisiva hacia el balotaje.

Contexto político más amplio

El vuelco hacia la derecha en la opinión pública chilena se explica por varios factores. Según analistas, la preocupación ciudadana por la delincuencia, la inseguridad y la migración ha impulsado al electorado hacia candidatos con discursos más duros en estos ámbitos.

Además, el ciclo político del gobierno del Gabriel Boric y la coalición de izquierda ha provocado un desgaste que la derecha intenta capitalizar. El escenario internacional también incide: fenómenos de derechización en América Latina y Europa marcan la dinámica electoral local.

La elección del domingo 16 de noviembre se convierte, entonces, en un momento clave no sólo para elegir presidente, sino para definir qué facción de la derecha toma la delantera efectiva ante el bloque oficialista.

¿Qué sucede tras la primera vuelta?

Si ninguno de los candidatos obtiene mayoría absoluta (50 % + 1), se disputará un balotaje el 14 de diciembre. En esa instancia, la unidad del bloque de derecha adquiere aún mayor valor. En ese sentido, los equipos de Kast, Kaiser y Matthei ya han iniciado conversaciones informales para asegurar respaldos mutuos en caso de que uno resulte vencedor en la primera vuelta.

Desde los comandos se ha manifestado que, si Kast no consigue el liderazgo, apoyará al candidato que represente “la oposición al oficialismo”. Matthei, por su parte, no ha descartado apoyar a un candidato que represente algo distinto al gobierno de Boric, aunque evita expresarse directamente a favor de Kast.

Riesgos y desafíos para gobernar

Aunque el bloque de derecha logre imponerse en la elección, los expertos advierten que la gobernabilidad será compleja. Las tres alas —tradicional, radical y libertaria— presentan diferencias de estilo, objetivo y base electoral. Establecer un acuerdo postelectoral, construir gabinete e implementar políticas comunes pueden resultar difíciles.
Asimismo, se señala que la irrupción de un discurso más extremo (como el de Kaiser) puede limitar alianzas amplias y moderadas que históricamente han impulsado a la derecha gobernante en Chile. (10).

 

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