El volcán Soufrière Hills en Montserrat, un territorio británico de ultramar en el Caribe, inició una erupción que duró hasta 1997, destruyendo la capital Plymouth. Esto forzó la evacuación de dos tercios de su población de 12.000 habitantes; las autoridades locales, con apoyo de la Royal Navy, implementaron zonas de exclusión permanentes para salvaguardar vidas. Un modelo de respuesta que persiste en la vigilancia actual del Montserrat Volcano Observatory (MVO).
La erupción del Soufrière Hills, un estratovolcán andesítico de 915 metros de altura antes de 1995, transformó drásticamente la geografía, También la sociedad de esta isla de 102 kilómetros cuadrados. Inicialmente inactivo por siglos, el volcán despertó con una explosión freática que cubrió el sur de la isla en cenizas. Esto obligó a las primeras evacuaciones temporales.
Eventos iniciales
Según el MVO, estos eventos iniciales alertaron sobre flujos piroclásticos —nubes ardientes de gas, ceniza y rocas a temperaturas superiores a 400°C. Estos se convirtieron en la principal amenaza para la seguridad pública. En los meses siguientes, la actividad se intensificó. El 3 de abril de 1996, tras flujos piroclásticos recurrentes y lodo volcánico. El gobierno de Montserrat declaró la zona sur, incluyendo Plymouth —hogar de 4.000 residentes y centro administrativo—, como área de evacuación permanente.
Esta decisión, respaldada por sismólogos del MVO, salvó innumerables vidas al limitar el acceso a horarios diurnos con planes de escape preestablecidos. La capital, fundada en el siglo XVII sobre depósitos de lava antiguos, albergaba ministerios, hospitales y la iglesia de St. Anthony. Todos ellos son símbolos de una historia marcada por huracanes y terremotos previos.
Protocolos de Evacuación: Una Respuesta Coordinada
La culminación llegó el 25 de junio de 1997, conocido como “Miércoles Negro”, cuando un colapso del domo de lava generó flujos piroclásticos. Estos destruyeron pueblos orientales y causaron 19 muertes, según registros oficiales del MVO. Estos flujos alcanzaron velocidades de hasta 150 km/h, incinerando el aeropuerto y sepultando Plymouth bajo más de un metro de ceniza compacta, similar a hormigón.
La Royal Navy ejecutó la evacuación definitiva, trasladando a miles al norte de la isla y al Reino Unido, donde se asentaron más de 7.000 personas. Autoridades locales, en colaboración con el gobierno británico, establecieron cinco zonas de riesgo, con la Zona V —que abarca Plymouth— como exclusión total.
Nivel de peligro bajo
El MVO, fundado en 1995, ha monitoreado desde entonces con sismógrafos y sensores de gases, reportando en su informe semanal de enero de 2025 que la actividad permanece en Nivel de Peligro 1 (baja), con solo dos terremotos volcano-tectónicos entre el 27 de diciembre de 2024 y el 3 de enero de 2025. Estas medidas incluyen restricciones marítimas en Zonas E y W, limitadas a tránsito diurno para evitar sorpresas nocturnas.
Testimonios de la época, recopilados por el MVO, destacan la disciplina en las evacuaciones. “Las sirenas y los megáfonos nos guiaron en la oscuridad; sabíamos que era por nuestra seguridad”, relató un evacuado anónimo en un informe histórico de 1997. El gobernador de entonces, Frank Savage, declaró: “La prioridad es la vida humana; no hay vuelta atrás hasta que sea seguro”. Estas declaraciones subrayan la presunción de riesgo inminente, sin culpas individuales, respetando la privacidad de las víctimas.
Impacto Social y Económico: Cifras que Marcan la Resiliencia
El éxodo masivo redujo la población a menos de 1.200 habitantes en 1997, según datos de la Enciclopedia Britannica, generando una crisis que afectó el turismo, principal motor económico, y provocó pérdidas estimadas en millones de libras esterlinas. En el Caribe, donde los desastres naturales causan anualmente US$7.000 millones en daños y afectan a 4,5 millones de personas, según la CEPAL, el caso de Montserrat ilustra la vulnerabilidad insular.
Estadísticas regionales de la OEA indican que entre 1960 y 1989, huracanes y erupciones como esta multiplicaron por seis los impactos humanos comparados con décadas previas. Hoy, con alrededor de 5.000 residentes en el norte —en Brades, sede provisional, y el emergente Little Bay—, la isla ha reconstruido con énfasis en infraestructuras resistentes. El aeropuerto John A. Osborne, inaugurado post-1997, opera sin interrupciones mayores.
Enjambres símiscos
Enjambres sísmicos como el de 19 de diciembre de 2024, con 93 terremotos volcano-tectónicos, recordaron la necesidad de drills anuales. El MVO reportó en noviembre de 2024 un aumento en sismicidad de baja frecuencia desde junio, similar a 2012, pero sin elevar el nivel de alerta. Comparado con eventos similares, como la erupción de La Soufrière en San Vicente y las Granadinas en 2021 —que evacuó 20.000 personas sin muertes gracias a alertas tempranas—, Montserrat sirve de modelo.
La conferencia SHV30, programada para 14-18 de julio de 2025, reunió expertos para analizar estos protocolos, promoviendo la reducción de riesgos en el Caribe.
Vigilancia Actual: Hacia una Isla Segura
En 2024, el turismo alcanzó 15.000 visitantes, un hito en la recuperación, con vistas controladas desde Jack Boy Hill a las ruinas de Plymouth —la “capital fantasma” única reconocida globalmente—. Accesos limitados, solo para extracción de arena o estudios, requieren permisos y cascos, según el MVO. Ningún suceso policial reciente viola la presunción de inocencia; en cambio, la policía local colabora en patrullas de zona de exclusión, multando intrusiones que pongan en riesgo vidas.
El contexto histórico revela patrones: erupciones en 2003, 2006 y 2013 causaron colapsos menores sin evacuaciones masivas, gracias a lecciones de 1997. Datos del Programa Global de Vulcanismo confirman que desde 2013, la actividad es esporádica, con énfasis en mitigación. Para el Caribe, donde la CEPAL estima un aumento del 30% en impactos por cambio climático, Montserrat ejemplifica cómo la inversión en observatorios —financiados por el Reino Unido— previene catástrofes. (27)
