La Casa Blanca confirmó este martes 21 de octubre que no está previsto que se celebre en las próximas semanas la anunciada reunión entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo de Rusia, Vladimir Putin. Esto contradice declaraciones recientes del mandatario estadounidense. La información fue confirmada a la agencia Bloomberg por un funcionario del gobierno. Esto ocurrió horas después. El Kremlin también enfriara las expectativas al señalar que “se necesita una preparación seria”.
Trump adelantó una cumbre que aún no está confirmada
El presidente Donald Trump había afirmado hace una semana, tras una llamada telefónica con Putin, que volvería a reunirse con él “en una o dos semanas”. También, que los ministros de Exteriores de ambos países harían lo propio “muy pronto”. Sin embargo, ni Moscú ni Washington respaldaron oficialmente esta versión.
Un día antes, el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, calificaron como “constructiva” su conversación sobre los preparativos de una posible reunión entre ambos mandatarios. A pesar de este tono positivo, los comunicados oficiales de ambas capitales fueron considerablemente más prudentes.
El Kremlin fue el primero en desmentir indirectamente los plazos anunciados por Trump. Ahora la Casa Blanca lo ha confirmado formalmente. No hay fecha ni lugar definidos para un próximo encuentro bilateral.
La cumbre de Budapest, en suspenso
El escenario previsto para esta segunda reunión sería Budapest. El objetivo declarado es discutir un posible fin al conflicto en Ucrania. El encuentro se planeaba para poco después de la visita del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a Washington el pasado viernes 17. Allí mantuvo conversaciones con Trump en la Casa Blanca.
Zelenski dejó Washington sin los misiles Tomahawk que había solicitado, y que según el gobierno ucraniano podrían modificar el curso de la guerra. En este contexto, una cumbre entre Trump y Putin era percibida como una jugada diplomática clave para avanzar en la resolución del conflicto.
La cumbre de Budapest habría sido la segunda reunión oficial entre los dos líderes desde que Trump regresó a la presidencia en enero de 2025. La primera fue celebrada en Anchorage (Alaska) en agosto, que terminó sin compromisos concretos.
Escepticismo y tensión diplomática
Las dudas sobre la inminencia del encuentro reflejan la complejidad diplomática actual entre Estados Unidos y Rusia. Aunque Trump mantiene una postura de acercamiento con el Kremlin, tanto desde el Congreso estadounidense como desde sectores europeos se han expresado preocupaciones por eventuales concesiones.
A ello se suman los requerimientos logísticos y de seguridad. También el escepticismo de Moscú respecto a promesas anteriores no cumplidas por parte de Washington. Desde el Kremlin, funcionarios insistieron en que cualquier cumbre debe estar “cuidadosamente preparada” para que tenga resultados tangibles.
Mientras tanto, la situación en Ucrania continúa siendo el tema central de los diálogos. Aunque Trump reiteró que tiene un plan para “terminar la guerra en 24 horas”, aún no se conocen los detalles ni los mecanismos diplomáticos propuestos.
Relaciones tensas y esfuerzos diplomáticos
Las relaciones entre Estados Unidos y Rusia atraviesan una fase compleja desde el inicio del conflicto en Ucrania en 2022. Aunque las administraciones anteriores mantuvieron sanciones y una postura firme, el nuevo gobierno de Trump ha buscado restablecer canales diplomáticos directos con el Kremlin.
Sin embargo, las diferencias sobre el apoyo militar a Ucrania, la política energética en Europa y los incidentes fronterizos siguen marcando tensiones. En este marco, una reunión bilateral requiere no solo de voluntad política, sino de consensos estratégicos que hasta ahora no se han materializado.
Por el momento, no hay confirmación oficial sobre una nueva fecha ni sede para el posible encuentro entre Trump y Putin. Las conversaciones entre sus respectivos equipos diplomáticos continuarán en las próximas semanas.
