El 3 de noviembre de 2025, un jurado del Tribunal Superior de Woburn, Massachusetts, declaró culpable a Bruce Maiben, de 48 años, del asesinato en primer grado de Sherell Pringle, su expareja, ocurrido en diciembre de 2021. La condena a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional cerró un caso que estremeció a la comunidad por la violencia extrema del ataque y el sufrimiento de la víctima.
Un crimen que conmocionó a Woburn
La madrugada del 19 de diciembre de 2021, Sherell Pringle, de 40 años, desapareció en circunstancias desconocidas. Dos días después, su cuerpo fue hallado en la Reserva Rumney Marsh, en la localidad de Saugus, Massachusetts. La autopsia determinó que la víctima había recibido 217 puñaladas, una cifra que refleja la magnitud del ataque.
De acuerdo con los informes policiales y judiciales, Maiben había irrumpido previamente en el domicilio de Pringle, donde la amenazó con un cuchillo tras el fin de la relación. Horas antes de ser asesinada, la mujer envió un mensaje a una amiga en el que expresaba estar “harta de Bruce” y temer por su seguridad.
Las autoridades arrestaron a Bruce Maiben el 23 de diciembre de 2021, tras recolectar evidencias forenses y revisar grabaciones de seguridad que lo ubicaban en la escena del crimen. Desde entonces, permaneció detenido hasta la sentencia final.
El dolor de una madre ante la Justicia
Durante la audiencia de sentencia, Pearl Garner, madre de Sherell Pringle, enfrentó al condenado con un testimonio cargado de indignación y dolor. “Sos una basura. Espero que te pudras en el infierno por lo que hiciste”, declaró ante el tribunal. La mujer relató que el estado del cuerpo de su hija obligó a realizar un funeral a cajón cerrado, lo que profundizó el impacto emocional en la familia.
Garner añadió que la pérdida de su hija dejó un vacío imposible de reparar, especialmente para el hijo adolescente de la víctima. “No merecés caminar por este mundo”, concluyó en su declaración, recogida por medios locales como Boston 25 News y CBS Boston.
El testimonio de la madre fue uno de los momentos más tensos del proceso judicial, seguido atentamente por organizaciones que luchan contra la violencia de género en el estado de Massachusetts.
Una vida truncada y una comunidad marcada
Sherell Pringle trabajaba en un grupo médico y era conocida por su espíritu solidario y dedicación familiar. Según su obituario, “era una mujer ambiciosa, líder nata y madre ejemplar”. La víctima había sido aprobada para la compra de su primera vivienda poco antes del crimen, un logro que nunca llegó a disfrutar.
Su asesinato dejó una profunda huella en la comunidad de Woburn, donde vecinos y allegados realizaron vigilias y marchas en su memoria. En las redes sociales, amigos y familiares compartieron mensajes pidiendo justicia y medidas más firmes contra la violencia doméstica.
El caso reavivó el debate sobre la necesidad de fortalecer los mecanismos de protección a víctimas de violencia de género, un problema que sigue en aumento en Estados Unidos, según datos del National Coalition Against Domestic Violence (NCADV).
La respuesta judicial y el mensaje institucional
Tras conocerse la condena, el fiscal del condado de Essex, Paul F. Tucker, destacó la importancia del veredicto. “Este resultado asegura que el acusado será responsable por su conducta atroz y sin sentido. Esperamos que la familia y los amigos de Sherell encuentren algo de consuelo”, expresó en un comunicado oficial.
Tucker reafirmó el compromiso de su oficina para continuar trabajando en la prevención y persecución de delitos relacionados con la violencia doméstica.
